Somos un comercio bastante peculiar en cuanto a la variedad de objetos que tenemos. Tenemos modelos que pueden ser más o menos comunes, pero también tenemos muchas piezas que son únicas. No son únicas porque sólo tengamos una pieza, son únicas porque solo hay esa pieza en el mundo y nunca más va a haber otra como ella. Para que os hagáis una idea y teniendo en cuenta el pequeño tamaño de nuestra empresa, tenemos más de 6000 referencias de producto.
Esto hace las cosas complicadas a nivel de logística o de inventarios. Tampoco es agradecido el comercio electrónico con este tipo de material. ¿Os imagináis hacer una descripción o fotografiar adecuadamente cada uno de esos 6000 objetos? Nosotros sí, dadnos un poquito de tiempo. Esta singularidad también complica las cosas a la hora de seleccionar el producto, y es de lo que vamos a hablar hoy.
Vamos a explicar un poco cómo seleccionamos en rasgos generales los grupos principales, pues ya os podéis imaginar que no es lo mismo buscar una máscara de Borneo que importar el carro de una princesa de la India.
Mueble nuevo
Sin dejar de tener su gracia, puede resultar lo más sencillo. Es un proceso que puede llegar a ser desgastante por el tiempo que lleva realizarlo de modo adecuado, pero es muy importante trabajar correctamente este punto si queremos mantener nuestra calidad.
Hay zonas concretas donde la principal industria es la del mueble. No son grandes fábricas, todo lo contrario. Pequeños talleres familiares en el patio trasero de una casa con todos los miembros de la familia y algún vecino trabajando en él. Estos artesanos exponen sus productos en el borde de la carretera para que estén a la vista de los posibles compradores. Es su escaparate.
En general está agrupado por zonas de producto. Uno más de tallados, otros sitios donde son especialistas en armarios, mesas de comedor, maderas concretas…
Nuestro trabajo es coger un coche o una moto, dependiendo de la disponibilidad para alquilar en el sitio concreto, y conducir. Cuando vemos algo que nos gusta aparcamos y nos acercamos a ver qué nos cuenta esa gente. Si el producto que están exponiendo nos gusta pasamos a negociar como buenamente podamos en una mezcla de inglés e indonesio. Bastante divertido. Le decimos al artesano cuántas piezas queremos y cuánto tardaría en prepararlas. Si él es capaz de preparar lo que queremos en un plazo adecuado, pasamos a negociar el precio. Si llegamos a un acuerdo, trato cerrado.
Con el paso del tiempo, hemos hecho los contactos suficientes como para ser capaces de encargar desde España. Es por eso que si tenemos una cama de 1.5 metros pero a ti te gustaría de 2 metros podría salir para España en nuestro próximo contenedor. No obstante, siempre es bueno darse una vuelta por las principales zonas productoras para descubrir nueva gente, nuevo material, o simplemente para saludar y que sepan que sigues vivo.
Mueble viejo
Esto es otra historia. En esta ocasión hay gente local que se encarga de reunir todo el material. Lo tienen todo reunido en grandes almacenes, pero casi siempre tal y como se lo encontraron. Aquí hace falta ser un experto. Estás viendo un mueble lleno de telarañas y polvo apilado a 3 metros sobre otros dos muebles. El mueble está pintado de un color azul chillón y le falta una pata. Sin embargo un ojo entrenado tiene que saber de qué madera está hecho y cómo queda si coges un cristal y le arrancas esa capa de pintura que un día alguien se atrevió a dar. Pides que te bajen el mueble en cuestión y compruebas que en uno de los cajones está la pata que le falta. La madera es tan buena como pensabas. De hecho, es teca. Lo hemos conseguido. Ese es el mueble que estábamos buscando. Esto pasa una de cada 25 veces, por eso es una labor que también lleva bastante tiempo. No obstante, es algo muy gratificante desempaquetar cuando nos llega el contenedor y ver que el mueble ha quedado incluso mejor de lo que te imaginabas.
Por supuesto, aquí también tienes que coger el vehículo de turno y buscar en distintos sitios. De cualquier forma, hay mucha menos gente vendiendo mueble viejo que mueble nuevo. Siempre podemos sorprendernos casualmente, pero inicialmente sabemos dónde tenemos que ir.
Artesanía
Aquí aunque la artesanía antigua suele llevar mucho más tiempo en su selección por la singularidad de las piezas, el proceso es muy parecido. Son o bien artesanos, o bien simplemente vendedores, que suelen estar agrupados en alguna especie de mercado o en una zona concreta. El más conocido en Bali en cuanto a volumen de material podría ser el de Denpasar, pero se quemó hace unos años y no ha vuelto a ser lo mismo tras su rehabilitación. Podríamos decir que, operativamente, es un trabajo parecido al de seleccionar muebles. La diferencia es que en esta ocasión vamos en moto en vez de andando.
Plata
Es un sistema muy similar al de la artesanía. Tienes que buscarte la vida para encontrar a algún productor. Cuando das con él puedes seleccionar el material en sitios tan distintos como una de sus tiendas minoristas, en su fábrica o en su propia casa.
Te sientas en el suelo, vuelcan cajas delante de ti y empiezas a seleccionar lo que te guste. Haces un descanso al cabo de unas cuantas horas y sigues hasta que consideras que has comprado la cantidad que previamente habías calculado.
Otro día hablaremos del distinto modus operandi de cada país, pero por hoy puede valer. Espero que os haya gustado esta mini recopilación de cómo seleccionamos nuestros productos. ¿Os lo esperabais así o pensabais que íbamos a tumbarnos debajo de alguna palmera a tomar cerveza fría?
La foto está hecha en origen como os podéis imaginar. Así son los indonesios en general, gente feliz que no para de sonreir.
Reader Interactions